Una vez, estuve frente al vacío más grande que mi alma podía sentir y conocí a Dios.
Una vez, sentí que debía renunciar y conocí a la Perseverancia.
Una vez, miré al niño que no tenía nada en sus manos y conocí a la Generosidad.
Una vez, descubrí que los demás también tienen el derecho a sentir y conocí a la Comprensión.
Una vez, entendí que hay cosas que toman su tiempo y conocí a la Paciencia.
Una vez, acepté que los errores existen y conocí a la Tolerancia.
Una vez, entendí que no puedo controlarlo todo y conocí a la Confianza.
Una vez, cierta persona me extendió su mano en señal de apoyo y conocí a el Amor.
Una vez, aprendí que el resentimiento solo dañaba a mi corazón y conocí a el Perdón.
Una vez, recibí el apoyo de alguien y conocí a el Agradecimiento.
Una vez, recibí el apoyo de alguien y conocí a el Agradecimiento.
Una vez, entendí que todo en la vida tiene solución y conocí a la Resiliencia.
Estoy trabajando por conocerlos a todos cada día más.
Sigo aprendiendo...
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