Ir al contenido principal

Quizás...



Quizás de mi boca no salgan incesantemente los tradicionales “te amo” que muchas parejas suelen pronunciar.
Quizás de mi parte no recibas interminables mensajes de texto con pensamientos e ilustraciones de amor.
Quizás existen días que a duras penas tenemos tiempo para cruzar algunas palabras y dedicarnos tiempo el uno al otro.
Quizás hay cosas que extrañas de mí…

Pero ¿sabes?, quiero que tengas plena certeza del gran amor que siento por ti, tal vez no de la forma que tú quisieras, pero…

Cómo podría no amarte, si cada mañana al despertar tengo la maravillosa dicha de estar a tu lado.
Si Dios me ha dado la suerte de encontrar en mi pareja a mi más grande amigo.
Si fuiste, eres y serás mi compañero de chistes y carcajadas.
Si contigo puedo ser cien por cien la persona que soy sin antifaces ni ataduras.
Si contigo puedo descubrir nuevos mundos que a pesar de ser lejanos nos unen.
Si me diste la oportunidad de descubrir y sentir la dicha de ser mamá.
Si a pesar de todo, de todos y del tiempo, estamos aquí: juntos.
Si vivimos en compañía el uno del otro los instantes y los días que la vida nos regala.
Si nuestros corazones aún vibran al cruzarse las miradas.
Si a pesar de mis momentos grises, sigues aquí.
Si eres mi compañero de aventuras.
Si me hiciste descubrir que el amor no es perfecto, y que amar por completo y de verdad no es solo desde la virtud sino también desde la parte más oscura del ser.
Si seguimos siendo nosotros, en diferentes circunstancias, pero al final nosotros.

No me preguntes más si te quiero, porque simple y sencillamente no podría imaginar mi vida con nadie más que no seas tú.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lo extraordinario de lo simple

Casi todos los días muy temprano por las mañanas, antes de irme a trabajar, procuro cruzar la calle para llegar al parque que se encuentra frente a mi casa con el objetivo de pasear a mi hija en su carrito; es una rutina que no hace mucho tiempo comencé a adoptar.  En cada paseo he podido descubrir lo mucho que mi hija disfruta ese pequeño recorrido que abraza un perímetro de cuatro cuadras en donde ella observa e interactúa con su entorno y con las personas que también caminan por el parque, esas personas, en su mayoría de la tercera edad; es muy agradable ver como algunos de ellos, se han ido familiarizando con mi bebé al grado que ya hay personas que se acercan a saludarla. Hay una señora en particular que me alegra las mañanas cuando se acerca a mi hija y con ternura la comienza a piropear, sus comentarios se sienten tan naturales, espontáneos y llenos de luz, que con tanto gusto le respondo con una gran sonrisa, y justo al final de sus oraciones se despide con u...

Calidad no cantidad

Al principio crees tener cientos de amigos y piensas en lo afortunado que eres. Con el tiempo comienzas a creer que los amigos han disminuido considerablemente. Después, con certeza, puedes afirmar que la mayoría son únicamente conocidos y sólo unos cuantos son verdaderos amigos. Así que si tienes la fortuna de contar con un solo amigo, ten en cuenta que tienes algo muy valioso en tus manos y que debe ser cuidado con exquisito esmero.

Yo

Asiduamente nos encontramos en un laberinto de exigencias infinitas hacia los demás.  Buscamos ser comprendidos con el más sutil de los entendimientos aún y cuando no somos pilar de comprensión, buscamos ser agradados hasta con el más pequeño de los detalles aún y cuando ignoramos el valor de agradar, buscamos jamás ser enjuiciados por las palabras de las lenguas ponzoñosas cuando más de alguna vez hemos sido nosotros los que sin pena alguna enjuiciamos a los demás sin sentir el menor de los remordimientos sobre el rigor de nuestras palabras, azotamos sobre los demás el látigo cruel de las expresiones lanzadas de entre los labios y sin querer queriendo despedazamos las ilusiones guardadas en la profundidad del alma. Pedimos todo sin dar nada, miramos al otro anhelosos de recibir, siempre de recibir…  Nos privamos de valorar el esfuerzo ajeno advirtiendo solamente las expectativas no cumplidas sobre nuestros deseos más frívolos, dejamos de mirar a los demás p...