
Mucho es lo que se habla entre
las personas y se compara en las redes sociales respecto a las costumbres del
pasado y las costumbres del presente, lo que nuestros abuelos hacían VS lo que las
nuevas generaciones hacen; y es que: ¡cómo es posible que un niño juegue con una tableta y no con la tierra!, ¡cómo
es posible que hoy por hoy contrario a enviarnos cartas por correo postal nos
enviemos correos electrónicos!, ¡cómo es posible que ahora en vez de llamarnos
por teléfono nos enviemos mensajes de texto!, o mejor dicho: Whatsapp, ¡cómo es posible que hoy por
hoy las mujeres trabajen y quieran superarse en ámbitos profesionales!. “Las
mujeres de antes sí eran verdaderas mujeres, no como las de hoy”; frase que he
llegado a escuchar de vez en vez.
Y así podría enlistar un sinfín de
ejemplos relacionados con el tema, pero creo que con los que he mencionado es más
que suficiente para dar a entender lo que quiero expresar con estas palabras.
La sociedad ha llegado a pensar
que “lo moderno” es “dañino”; entonces, ¿evolucionar es malo?, ¿descubrir es
malo?, ¿progresar es malo?, después de darle vueltas al tema y desde mi punto
de vista, puedo atreverme a decir que no. No creo que sea malo, pero en efecto,
sí existe una palabra que lo hace parecer malo: EXCESO.
Y es que hasta beber agua en
exceso es dañino. Lo “malo” de la vida moderna no es la modernidad en sí, sino
la demasía, y esto pasa en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana.
Modernidad = Dañino: Incorrecto.
Modernidad + Exceso = Dañino: Correcto.
Justo así es como yo lo describiría,
habrá quienes se encuentren a mi favor, habrá quienes no.
El equilibrio será nuestro mejor aliado para ir en favor de la corriente de lo moderno, fluir de manera balanceada hacia lo
nuevo será la llave maestra para no caer en lo “dañino”, porque nos guste o no,
la humanidad no se detiene, las nuevas generaciones llegan arrasando con sus
nuevas ideas, con sus nuevas costumbres, con sus nuevas creencias, pero será
responsabilidad de los adultos incentivar esa palabrita tan importante en las
mentes que nos toque educar, haciéndoles ver que en un mundo donde el
equilibrio es tan importante como el aire que respiramos será una de las
mejores formas de aportar ese granito de arena que hará de este maravilloso
planeta un mundo mejor.
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