No hace mucho tiempo comenzó lo que ahora me hace estremecer, las hojas de los arboles murmuran sobre ti, el sabor del café por las mañanas ha tomado un sabor particular, mis piernas deambulan agitadas entre las paredes de mi morada por el simple hecho de escucharte llegar.
Juraría que lo había soñado, que no era algo real, que tocar tus manos al compás de la melodía de tu risa era únicamente una fantasía que mi desequilibrado corazón no podía alcanzar, y cuál ha sido mi sorpresa, que todo lo anhelado es algo que ahora puedo tocar.
El tiempo entre tus brazos me hace olvidar la incertidumbre del impredecible porvenir, aludiendo que no existe nada mas que el presente cargado de momentos que se quedan sepultados en la memoria del alma, en el respirar de lo que es, en la luz del momento mismo.
La noche guarda bajo su sombrío cobijo el compromiso de vivir la magia de este vínculo afectuoso envuelto en la intimidad de dos, que consagran al momento, la fidelidad de las almas flechadas por el estar.
Las promesas no están permitidas entre los te quiero de la espontaneidad, entre los abrazos y los besos que brotan de la oportunidad del instante, no quiero más, no me prometas más, no necesito más, pues mi dicha se regocija sabiendo que el tiempo a tu lado, es entre tus brazos.
Juraría que lo había soñado, que no era algo real, que tocar tus manos al compás de la melodía de tu risa era únicamente una fantasía que mi desequilibrado corazón no podía alcanzar, y cuál ha sido mi sorpresa, que todo lo anhelado es algo que ahora puedo tocar.
El tiempo entre tus brazos me hace olvidar la incertidumbre del impredecible porvenir, aludiendo que no existe nada mas que el presente cargado de momentos que se quedan sepultados en la memoria del alma, en el respirar de lo que es, en la luz del momento mismo.
La noche guarda bajo su sombrío cobijo el compromiso de vivir la magia de este vínculo afectuoso envuelto en la intimidad de dos, que consagran al momento, la fidelidad de las almas flechadas por el estar.
Las promesas no están permitidas entre los te quiero de la espontaneidad, entre los abrazos y los besos que brotan de la oportunidad del instante, no quiero más, no me prometas más, no necesito más, pues mi dicha se regocija sabiendo que el tiempo a tu lado, es entre tus brazos.
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