Justo hoy se cumplen 20 semanas de andar
este hermoso camino donde su único final será que un pequeño ser indefenso me
convertirá en mamá.
Cada vez se acerca más el día en donde por fin podré
conocer a mi pequeño retoño, ese pedacito de cielo creado de puro amor.
Es
fascinante la maravilla y la grandeza que una mujer puede experimentar al
sentir el milagro de la vida creciendo dentro su vientre, mi corazón está
repleto de amor porque Dios me ha dado la oportunidad de poder vivir gracias a mi pequeñ@ este proceso tan exacto, perfecto y mágico.
Me siento ansiosa por saber su sexo, cuento los días para mi
próximo ultra sonido y por fin llamarle por su nombre, la mayoría de las
personas dicen que será una hermosa niña, de hecho hay quienes ya le llaman Ivana. Yo le
he soñado dos veces, la primera vez vi claramente una carita de tez blanca con
mejillas rosadas, cabello claro y ondulado, ojos azules, le vi tan sonriente,
era igual a un querubín, ¡un pequeño y tierno niño!, la segunda vez no pude
percibir bien su rostro pero también supe que era un varoncito. Me pregunto si
a través de mis sueños se está manifestando para calmar mis deseos desesperados
de saber su sexo. Su papá dice que será niño, ¡ya veremos!.
Finalmente puedo percibir sus movimientos. ¡Es impresionante la sensación!, ¡estoy muy feliz!, vivo día a día este mágico camino en espera de su llegada.
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