No espero que nunca te sientas iracundo,
pues ni la ira misma se controla ante toda adversidad.
No espero que siempre entiendas lo que
quieres, pues ni la sabiduría misma lo entiende todo.
No espero que nunca sientas miedo, pues
ni la valentía misma conoce sobre la eterna ausencia del temor.
No espero que nunca te sientas solo, pues
aún la soledad se ha sentido a sí misma.
Lo que sí espero es que ni aún la
tristeza te domine todo el tiempo
Que la ira no te invada constantemente.
Que la ausencia de sabiduría no sea una
constante.
Que el miedo no sea tu mejor aliado.
Y que la soledad no te visite a menudo.
Eres lo que eres, siempre en constante cambio… ¡Sigue, vive, lucha!.
Comentarios
Publicar un comentario