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Infinitamente niña



Hace ya algunos años que he compartido mi vida contigo y te quiero pedir perdón si es que por no ser la misma a la que conociste te ha causado conflicto.

He vivido, por eso es que me he transformado, tal vez te agrade el cambio, tal vez no, habrá cosas en mí que comprendas, habrá otras que no.

He luchado por ser diferente, auténtica, espontánea, única, yo misma; con los defectos que me caracterizan y las virtudes que me llenan.

Hemos vivido un sin fin de locuras, de la mayoría he aprendido, unas han dolido, otras me han hecho muy dichosa y otras, sin duda, han sido inolvidables.

Sé que a veces soy difícil de entender y ¿sabes?, no te culpo, soy especial, porque soy imperfecta, soy humana.

Te pido por favor que no me juzgues, pues mis errores han contribuido para ser lo que ahora soy y sé que tú lo entiendes.

Perdona si es que a veces no te presto demasiada atención, pero es que con el paso de los años he llegado a enfocarme también en otras cosas, no te sientas excluida, pero tampoco te conformes si no te parece.

Cuando tengas que llamar mi atención ¡hazlo! prometo no enfurecer, porque definitivamente no soportaría perderte.

Eres fundamental en mi existir, eres quien me dice que la vida no siempre se debe tomar tan en serio, que nunca debemos dejar de disfrutar cada momento, por insignificante y pequeño que parezca.

Ahora que miro la vida desde otro ángulo, aprecio que sigas ahí, conmigo, observando cada paso, cada día, cada cambio.

A ti mi querida niña, agradezco que aún brilles dentro de mí, que no te marches, que por más que yo me empeñe en crecer, tú no te des por vencida con tu existencia, con tu luz, con tu magia …


                           A ti mi querida niña, ¡Gracias!

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