Una vez, estuve frente al vacío más grande que mi alma podía sentir y conocí a Dios. Una vez, sentí que debía renunciar y conocí a la Perseverancia. Una vez, miré al niño que no tenía nada en sus manos y conocí a la Generosidad. Una vez, descubrí que los demás también tienen el derecho a sentir y conocí a la Comprensión. Una vez, entendí que hay cosas que toman su tiempo y conocí a la Paciencia. Una vez, acepté que los errores existen y conocí a la Tolerancia. Una vez, entendí que no puedo controlarlo todo y conocí a la Confianza. Una vez, cierta persona me extendió su mano en señal de apoyo y conocí a el Amor. Una vez, aprendí que el resentimiento solo dañaba a mi corazón y conocí a el Perdón. Una vez, recibí el apoyo de alguien y conocí a el Agradecimiento. Una vez, entendí que todo en la vida tiene solución y conocí a la Resiliencia. Estoy trabajando por conocerlos a todos cada día más. Sigo aprendiendo...
Porque para expresarnos no solo existe la palabra, en ocasiones las letras nos abren un camino de expresión único que nos lleva a descubrir cosas inimaginables de nuestro interior. Vive, siente, escribe ...